viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuando la izquierda ya no tiene sentido



Acostumbra a decir Juan Carlos Monedero (y gran parte de los círculos que le rodean) que la izquierda como tal ha dejado de tener sentido. Que ya la izquierda no significa nada puesto que las personas corrientes no pueden sentirse identificadas con un espectro político que abarca desde el PSOE hasta los partidos mas subversivos. Un espectro que, en el mejor de los casos cuando no ha fracasado en sus aspiraciones electorales o de representación institucional, les ha traicionado.  Puede que tenga razón.


Antes de empezar a escribir estas líneas, de vuelta casa tras varias horas en una biblioteca pública, he entrado en un bar cercano a mi casa ha pedir un café con leche. Allí, en un ambiente recargado, unos diez hombres de mediana edad apuraban vinos y cañas ya calientes entre risotadas y comentarios típicos de un día cualquiera a final de jornada. Junto a ellos, una madre trataba de ayudar a su hijo con los deberes del colegio. La madre, camarera del bar, se levantó a servirme el café con una cojera más que evidente, secuela de una caída en el bar días anteriores del cual ni se ha tratado ni ha dado parte. Mientras la camarera prepara el café grita a su hijo (de otro modo no le oiría) que se centre en el problema de matemáticas del libro. El chaval, de unos ocho años no se concentra. Tampoco ayudan los parroquianos que, a falta de otra cosa con la que entretenerse, usan al crío, que ya de por sí es bastante despierto y respondón, como entretenimiento nocturno. Al fin y al cabo el niño es parte de la parroquia del bar. La camarera, madre soltera desde joven y con dificultades para cuadrar las cuentas, acostumbra a hacer de madre, camarera y profesora particular antes del cierre. Me comenta que no puede con el chiquillo y que, encima, los profesores le mandan muchos deberes, demasiados, y cada vez más complicados.


Al acabarme el café y volver a casa, tras pensar un poco en lo visto en el bar de al lado de mi casa pienso en la gente que estaba conmigo en la biblioteca. Universitarios la mayoría preparando oposiciones y exámenes, la mayoría mujeres jóvenes. También había gente que pasaba los treinta que llegaba a última hora, seguramente de trabajar, la mayoría con libros donde se podía leer “oposiciones cuerpo nacional de policía” o “fundamentos de la administración pública”. No hay gran diferencia entre quienes estaban en la biblioteca y en el bar. Es verdad que aquellas que estudiaban para las oposiciones no se sentirán trabajadoras manuales, seguramente ni siquiera obreras, pero conseguirán un trabajo poco remunerado para el servicio que realizan y una gran parte de ellas se divorciarán con los hijos a su cargo. Las que no tengan suerte en los exámenes públicos (la mayoría) encadenarán trabajos temporales y paro tras trabajos temporales y mas paro. Quienes sí la tengan acabarán endeudadas casi hasta su jubilación, cercenando de paso el poder adquisitivo que el puesto les daba, logrando al final pasar los mismos apuros económicos que quienes pasaban las horas en el bar. Quienes no pasen por el aro del país panderetero que se nos ofrece a los jóvenes llenarán sus maletas con ilusiones y la civilizada Europa estamparán sus sueños. Allí, donde los medios corean el futuro que aquí parece negarse a unos pocos acabarán sucumbiendo a la realidad del emigrante. Esa que te obliga a coger los trabajos que el nacional no quiere y esforzarte diez veces mas que el resto para acceder a una posición media estable, cuando no, lo menos que les espera es trabajar en aquellos trabajos manuales que habrían despreciado antes de viajar fuera cegados por los dañinos medios de comunicación.




¿Qué será para todos ellos la izquierda? ¿Algo lejano, caduco, traicionero? Es probable que para muchos de ellos tan solo sea algo meramente retórico. Y es que la acaramelada socialdemocracia europea se disipó hace años y, con ella, el ascensor social con el que se anclaba en la tierra. Los hijos de los obreros, los más, siguen teniendo menos oportunidades de prosperar que las menos familias acomodadas. Siguen yendo a colegios con menor oferta educativa y de apoyo, siguen teniendo que esforzarse mas para llegar al mismo sitio y, de llegar, muchas veces tampoco se valora. Hoy las empresas mas punteras tienen como referencia de contratación a aquellas personas que hicieron voluntariado estival, hicieron practicas en alguna empresa (la de papá) en los meses de no universidad o estudiaron idiomas en países extranjeros. La mayor parte de quienes compartían biblioteca conmigo trabajaron en verano para pagarse la universidad o estuvieron en el pueblo de la abuela los verano mientras sus padres se ganaban el sustento familiar.


La izquierda durante los años en los que los hijos de los obreros miraban de tú a tú al pijo de la clase en la universidad era una simplificación política. Una forma de decir “debemos seguir luchando, ir hacia delante, no nos han regalado estar así y cuando puedan nos lo quitarán”. Sin embargo, para esa mal llamada izquierda que tiene de progresismo lo poco que la caridad tiene de tierno, bastante era haber llegado hasta ahí. El resto, los obreros que tanta sangre y sudor habían derramado para conseguirlo querían más, necesitaban más, pero su estrategia de “normalización” con la modernidad se diluyó en el esperpento de izquierda mal entendida que hoy tenemos. No es tan distinta esta idea que lo que hoy se llama (de diferentes formas) unidad del pueblo o lo que Podemos quiere capitalizar hacía sí en su marca. Mas bien es un refrito de lo mismo pero sin contar con la experiencia de quienes de tanto refrito tienen las manos llenas de quemaduras.




Y es que no es lo mismo escribir la receta de un refrito que sacar plancha y hornillo para ponerte a hacerla. A aquella izquierda le sobró harina de ligazón y le faltó chicha. Si, le faltó chicha, enjundia, miga, entraña, sustancia, víscera… le faltó clase. Porque cuando la izquierda, o sus diferentes formas de denominarla caen lo que emerge es la necesidad de una orientación de clase, bien sea consciente o inconsciente, pero de clase. Esa clase que no se estudia en los libros pero que huele a lentejas de puchero para comer y cenar en los malos inviernos y a sudor por los metros y la barra de los bares cuando el trabajo se acumula en las calles. 


Es muy posible que ya no tenga sentido la izquierda y que reclamarla ya no se ajuste a lo que la gente necesita, ¿pero que necesita la gente? Seguramente si preguntase a la madre soltera y camarera a jornada completa, a los obreros que ya no pueden recortar mas los vinos que toman o las universitarias que desgastan su tiempo descerebrándose en las bibliotecas las respuestas serían muy dispares, sin embargo, todas ellas estarían atravesadas por perspectivas transversales. La perspectiva de tener un futuro, unas garantías de vida, unas condiciones de educación y trabajo, evitar el ahogo de la deuda económica para poder vivir… etc. No es la centralidad de ningún tablero donde descansa el 100% de la población. No es una perspectiva bien vista por el pijo de la clase y el niño que estudia a las nueve de la noche en el bar donde su madre trabaja sin derecho a baja por accidente laboral. No es una perspectiva que afirme por igual quien dedica horas de estudio para un puesto precario que quien en su puesto directivo (logrado por recomendación de la empresa de papá) decide cuanto de precario serán este año los contratos.


Pero tampoco será una lógica para quienes viviendo del lado de los esforzados se empeñen en defender las cosas como están con la esperanza de alcanzar el puesto de verdugo (o rey) antes de que el nudo de la soga apriete demasiado.


La clase emerge con fuerza cuando la izquierda como elemento aglutinador cae por su propio peso. Los aglutinantes solo sirven cuando la salsa ya esta mas que cocinada, al final del plato y no al revés. Es la conciencia de clase (actualizada y modernizada en su lenguaje y formas) quien une a quienes se necesitan entre sí, sin esa conciencia ¿para que unirnos? ¿Acaso podemos permitirnos una vez mas desafilar las pretensiones en pos de mantenernos unidos con quien no sabe lo que es el trabajo con las manos? ¿Acaso les necesitamos a ellos o son ellos quienes nos necesitan a nosotros para seguir sin dar un palo al agua?





Juan Carlos Monedero tiene razón cuando habla de que la izquierda ha dejado de tener sentido para la gente de mi barrio. Pero la gente de mi barrio no oyen el sentido común cuando suena la barriga clamando lentejas. Quizá sea el tiempo de dejar de idear pasteles y comer pan duro. Quizá sea el momento de unirnos sí, pero entre los iguales. Hasta ese momento, quienes poblaban la biblioteca se sentirán mejores que quienes estaban en el bar y competirán unos contra otros mientras, los predicadores pseudo intelectuales se partirán el culo con los carrillos llenos.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

La foto que retrata a la izquierda




            Hace unos días la foto de un niño muerto en las playas de Turquía conmocionaba a la opinión pública de media Europa. No lo habían hecho 4 años de guerra en Siria. Tampoco lo habían hecho las innumerables imágenes de muertos, también ahogados, en el estrecho de Gibraltar y Lampedusa. No habían conmocionado a media Europa los cientos de niños y adolescentes que anualmente se esconden entre las ruedas de los camiones para buscar un futuro mejor y que, desgraciadamente, muchos mueren por el camino. Tampoco, aunque todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando saltó la noticia, avergonzó a Europa entera la noticia del niño que murió cuando su desesperado padre lo metió en una maleta para que pudiera cruzar la frontera. El único que ha causado vergüenza y conmoción ha sido Aylan Kurdi; probablemente el primer emigrante muerto que tiene nombre y apellidos para la mayoría de la población Europea.

            Ríos de tinta surcan desde hace días cientos de papeles de periódicos y revistas. De pronto, como si de algo repentino y sorpresivo se tratase, periodistas de una y otra ideología abordan el drama de la guerra y sus víctimas. Todos opinan, se rasgan las vestiduras y, con una vehemencia repleta de dignidad democrática Europea, voceros de izquierda y derecha reclaman a los gobiernos una solución rápida, tajante y eficaz ante lo acontecido. Nadie recuerda que han guardado un silencio interesado durante mas de cuatro años. O que quienes ahora braman en las tertulias del cuché político, aplaudieron con las orejas el apoyo del gobierno del puño y la rosa a la guerra en Siria. A veces, algún despistado más moralista que intelectual, recuerda levemente estas cuestiones pero nuevamente, y como parte de esa amnesia periodística tan española, se le olvida recordar que las potencias occidentales (la OTAN) han ido alargando la guerra y la muerte durante estos años a través de mercenarios de toda índole y de su títere predilecto: Turquía.

            Lo que si nos cuentan es que estos emigrantes no son como los otros: éstos, los sirios, son “refugiados” y el resto (todos los demás) son “emigrantes económicos”. Algo así como lo que hacen ahora todos los giliprogres pseudo izquierdistas cuando se llaman así mismos exiliados económicos para no llamarse emigrantes (deben creer que eso de emigrantes es cosa de negros y moros). Tenemos que escuchar también en denigrantes tertulias televisivas que “estos emigrantes son como nosotros” que “les hemos visto orientarse en Grecia y Turquía con iPhones”. Y lo que es peor, mientras el innombrable Sardá decía que Aylan podría ser cualquiera de nuestros hijos (una bonita forma de decir que parecía blanco y vestía al estilo occidental) la despreciable Tania Sánchez callaba vilmente, cuando no, asentía.

Tampoco a faltado el desprecio caritativo de las Ana Rosas Quintanas quienes destacan lo bien que hablan inglés y que muchos de los exiliados son universitarios, gente de bien al fin y al cabo. Pareciera que un espíritu Carmen Lomanesco nos hubiera invadido a todos con el tufo clasista propio de quien desprecia a cualquiera que no encaja en el sueño capitalista de falsa “clase media”. Clase fantasiosa que no se cortan en reproducir los Errejones aspirantes a representar obreros. Esos auto ascendidos a intelectuales que insisten una y otra vez en reclamar para los sirios derechos humanos debido a que “son refugiados, no inmigrantes económicos”, como si los desheredados del desecho colonial africano (cuestión económica por antonomasia) no pudieran alcanzar el grado de “aspirantes al derecho”. Como si la solidaridad obrera, tan característica de lo que ahora se llama “los de abajo” (se ve que llamarnos obreros no es cool) estuviera condicionada por procedencia o formación.

Cosas como éstas se han ido sucediendo en el show televisivo del sistema y nosotros, como imbéciles, seguimos tragando mierda a raudales sin que una izquierda timorata, irreconocible y mezquina sea capaz de decir absolutamente nada. De trasmitir a las masas nada. Capaz de, al menos, cuestionar mínimamente la “versión oficial” del drama sirio. Mientras tanto, mientras nosotros seguimos con nuestra propia diarrea mental, Merkel y la UE con su imperio camuflado de democracia, viven el sueño húmedo de incorporar una mano de obra barata que nuevamente divida las tímidas luchas obreras. Lucha de gentes que, hastiadas de minijobs y precariedad, pujaban en Alemania por procurarse una dignidad básica. No solo no escuchamos los avisos de compañeros como Die Linke o de sindicalistas alemanes, nos mofamos de la advertencia de que esta inmigración se instrumentalizará para dividir aún mas a la clase obrera alemana, esperanza última de las clases obreras del sur de Europa.





Aquí decimos que ese discurso es zafio, propio de derechones y carente de sentido. Somos la supuesta izquierda consciente. Esa que palmeamos con las orejas (la izquierda en pequeño y la derecha en grande) la caridad a través del estado. “Welcome refugees” gritamos, pero no decimos nada de las maniobras que la OTAN, ese instrumento del horror capital, realizará en nuestra propia casa. Bienvenidos refugiados encartelamos orgullosos, pero no somos capaces de llamar refugiados a los miles de inmigrantes que conviven en nuestros barrios, de reclamarles derechos y privilegios como los que nosotros tenemos. No pusimos tanto empeño cuando la burbuja inmobiliaria se infló sobre los hombros explotados de la masa inmigrante; ni supimos prever que la pendiente descendente que la marginación laboral inmigrante arrastró a la juventud obrera. Somos la izquierda de clase, quizá revolucionaria, pero no he visto escrachear los ministerios pidiendo que nuestras embajadas acojan y protejan a la población civil para evitar que solo los más pudientes entre la miseria se “beneficien” de la “paz” europea.

Somos La Izquierda, con mayúsculas. Los intelectuales. Los conscientes. La vaguardia. Somos los sesudos analistas de la realidad política pero es, una vez más (como tantas a lo largo de la breve historia que mi memoria permite recordar) el análisis de la verdadera clase obrera la que delata nuestra flema aburguesada: un niño de apenas 13 años nos recuerda que no quiere nuestra caridad, necesita que paremos la guerra en Siria. ¿Estamos parando la guerra en Siria? No lo creo. Más bien creo que con nuestra nula combatividad mediática-hegemónica-televisiva-discursiva estamos allanando el camino para que las oligarquías occidentales saqueen Oriente Medio mientras nuestros hermanos árabes vuelan por los aires. Seguiremos conmovidos con las entrevistas a emigrantes sin pararnos a pensar en porqué LaSexta, Cuatro o Público entrevista por primera vez en profundidad a un emigrante, como si el resto fuesen una simple masa cárnica hacinada en una barcaza sin derecho a voz ni opinión.

            Pero nos da lo mismo porque somos gente con conciencia de clase, los de abajo, los normales o como se quiera llamar, pero consentiremos la depredación imperialista porque ISIS es el terror. Como siempre nos olvidaremos quien entrenó a ISIS, quien dilató la guerra Siria, quien despedazó Irak o quien sometió a Irán y Pakistán. Se nos olvidarán los yacimientos minerales e hidrocarburos que casualmente se encuentran en el territorio hoy controlado por ISIS. Así, con esta memoria selectiva, pediremos que se combata el terror que nosotros causamos. Un terror que solo tenemos en cuenta cuando los trozos de carne muerta o en proceso de muerte salpican de sangre el jardín europeo.


Nuestro silencio o tibieza seguirá siendo cómplice de las atrocidades de un sistema que se supone combatimos. A Rosa Luxemburgo, en su momento la fusilaron por no ser tibia, ni cómplice y porque su oreja izquierda no aplaudía con su oreja derecha: la combatía. Pero nosotros somos mejores que Rosa, mas leídos, mas analistas y más modernos. La foto de la emigración no retrata solo las barbaridades imperialistas, retratan a la izquierda… o a lo que queda de ella.



martes, 24 de febrero de 2015

¿Por qué nos ha salido tan mal?



En su momento muchos se plantearon la necesidad de nuevas formas de pedagogía política y muchos aplaudimos la valentía de La Tuerka. Hoy ya no podemos sino cuestionarnos qué ha salido mal. Por qué de aquel "microclima" tan saludable nos llegan oleadas de resaca ideológica que nos retrotraen a los pasajes mas bochornosos de la historia obrera.Quizá abstraerse de nuestro tiempo y contemplar la historia sin juzgarla nos permita darle un sentido a toda esta deriva. 

En el fondo de esta cuestión, más profunda de lo que creemos, se encuentra el enclave "revolución o barbarie". Aquel término que es más que un eslogan. Aquello que acuñó Rosa Luxemburg refiriéndose a las contradicciones de la socialdemocracia respecto de su clase: la obrera, los de abajo. Contradicciones que, no solo le costaron la vida, sino que cercenaron la posibilidad histórica del triunfo de los aplastados por el capital en el centro de Europa. Mientras esa puerta se cerraba, a las afueras de la ciudad, los ricachones enviaban a los pobres, desgraciados ignorantes, a matarse en la I Guerra Mundial. Pobres matando pobres para enriquecer con su sangre a los que siempre se han creído mas listos que nadie.

Repasemos la historia o volveremos a empuñar una bandera sin reconocer su escaso valor, o lo traicionero de su significado. Repasemos la historia o acabaremos renunciando a luchar por la libertad para gritar bajito a favor de una celda mas confortable.

Lamentable entrevista que, si se escucha con los ojos cerrados, cualquiera ubicaría con alguien cabreado del PSOE. Lo peor, que ha llegado un momento en el que la mayor parte de la gente, ve en este discurso algo normal. Gracias LaSexta, gracias Cuatro. Gracias Pablo Iglesias.
http://www.telecinco.es/informativos/nacional/Pablo_Iglesias-Informativos_Telecinco-entrevista-Pedro_Piqueras_2_1945155182.html

miércoles, 18 de febrero de 2015

Curso avanzado de política-no-casta para recién llegados


Como diría Monedero "Curso avanzado de política-no-casta para recién llegados".
Pablo Iglesias y su gente tiene un poder absoluto en PODEMOS pero tienen un grupo que pueden poner en peligro ese poder: Anticapitalistas
Anticapi tiene bastante prestigio en las bases y si lo hacen bien pueden poner el peligro los próximos congresos. De hecho las voces mas críticas en el falso congreso de las ventas acabaron posicionándose con los Anticapi por entender mejor su postura ante los gestos de autoritarismo interno. Las caras mas importantes de Anticapi son Echenique (zaragoza), Teresa Rodriguez (andalucia) y Miguel Urban (Madrid).
A su vez el PSOE sabe de sobra que no puede mantener ninguna comunidad autónoma ni alcanzar ninguna autonomía salvo 2: Andalucía y Madrid (¿Quizá también Baleares?). El problema viene en que Andalucía tenía sus elecciones tras las generales, tiempo mas que suficiente para que el prestigio de PODEMOS tras las generales les pusiera en una posición e fuerza en Andalucía (con Teresa Rodriguez al frente).
También saben que pueden ganar el ayuntamiento de Madrid (sino tienen ningún candidato fuerte mas allá del PP) y quizá con algún pacto quedarse con la comunidad de Madrid. El gran problema es... ¿Podría el PSOE rascar algo frente a una cara aglutinadora del desencanto generalizado?
Pablo Iglesias también sabe dos cosas más, pactando con el PSOE y regalándole Andalucía se quita de encima a Teresa Rodriguez. Andalucía importa mucho en la política española (Son casi 9 millones de habitantes) y tener a una líder carismática en la comunidad con mas peso de España (junto con Catalunya y Madrid) es un peligro a su liderazgo centralista. También sabe que Echenique tiene mucha cobertura mediática. De no ganar, podría tener tiempo de sobra para hacer trabajo orgánico de oposición. De hecho, el prestigio interno de Echenique en PODEMOS es comparable con los mas notables de las cúpulas y sus críticas pudieran hacer fuerte alguna corriente interna en el futuro. Dejarle vía libre en Zaragoza (fingiendo oposición en público) es enviar a una mosca cojonera a gobernar un territorio que, mal que le pese a los años, no cuenta mucho en política estatal.
Por parte de la cuestión Madrileña... ¡¡pobre Miguel Urbán!! Que carita de pobrehombre se le ha quedado al perder (casualmente) por la mínima. Quien le iba a decir a él que controlando por completo el aparato en Madrid, los votos electrónicos le quitasen la oportunidad (tan ansiada por él) de pillar cacho por primera vez. Y la guinda del pastel, para que los Anticapi pudieran optar a pillar puestín, tenia que disolverse como Anticapi. ¡Que cosas tiene la política!


EL OTRO LADO DE LA CUESTIÓN: Las generales

De cara a las generales Iglesias sabe que no tendrá votos suficientes para gobernar España sin pactar con nadie y que, un pacto con IU es casi imposible. Si lo hiciera perdería a parte importante de sus votantes de derecha y "centro". Además, un pacto así, le obligaría a tomar posición en temas comprometidos en los que PODEMOS nunca se moja, poniendo en peligro ese "consenso para ganar". Con el PP no puede pactar (por pura vergüenza torera) y Ciudadans no tendrá votos suficientes para gobernar con ellos.
A su vez el PSOE sabe que puede pactar en España con el PP, pero eso supone suicidarse políticamente y acabar finalmente en un escenario como el griego. Un pacto PPSOE provocaría la fusión de ambos partidos relegando a PODEMOS en la cómoda posición de liderar la oposición donde hacerse fuerte y crecer. Cuestión por la cual, al PP tampoco le interesa un pacto con el PSOE. Para ellos es preferible "perder" las elecciones y, ya en la oposición, volverse a atraer a los grupos disconformes tipo VOX y UPyD. 
Por todo ello, es casi seguro, que PSOE y PODEMOS pactarán e instaurarán un nuevo bipartidismo: PP-PSOEMOS. No es algo descabellado. Es algo más bien práctico y que probablemente fue lo que pactaron Zapatero y Bono con Iglesias y Errejón hace unas semanas. Una cosa hay que reconocer a Iglesias: es un genial estratega. El tiempo nos dirá exactamente para qué nos servirá toda esa estrategia. 
De este modo se esta cerrando la 2º Transición Española. Lo hará con un olorcillo parecido a como se cerró la primera, con todo atado y bien atado. Con un engendro de partido favorecido por potencias extrajeras como siempre ha sido el PSOE. Y con una nueva cara con aires juveniles, guaperas y resabido que hablaba muy bien y nos iba a llevar al paraiso terrenal. De Gonzalez a Iglesias pasando por los que no figuran: los Koplovick, Ortega, Perez, Alba y demás fortunas que siguen atadas y bien atadas, estas sí, a las cuentas de sus dueños.

jueves, 8 de enero de 2015

Un terrorismo muy extraño



Cuando uno se abstrae, como puede, de la inmensa sensación de cólera y desasosiego que producen ataques terroristas como los ocurridos ayer en Paris, le queda una sensación bastante extraña en la mente. Con el paso del tiempo, pareciera que el terrorismo (que lleva presente en Europa más años de lo que muchos les gustaría reconocer) haya cambiado mucho, tanto por quien lo produce como por quien lo sufre. Quizá sea nuestra propia definición de terrorismo o las ideas que subyacen a cómo entendemos el terrorismo lo que hace que nada parezca concordar. Lo cierto es que, ni el terrorismo es una estrategia irreflexiva e irracional como los medios sostienen, ni el análisis profundo y tranquilo de los hechos supone la justificación de la muerte de nadie.

Para empezar debemos tener claro que es terrorismo y que no lo es. En primer lugar, terrorismo es el nombre despectivo y político que las potencias occidentales denominaban a los actos de guerrillas de las fuerzas de liberación nacional y opositoras (esto es importante recordarlo). En segundo lugar, el terrorismo es siempre una estrategia política. Una forma de trasmitir una idea o debilitar otra por medios extremos (normalmente porque no existe otra vía posible). Es decir, en lo fundamental es una acto de propaganda política extrema.

Siguiendo esta idea, causar terror por tanto, tiene una finalidad política. Un objetivo con el que podemos estar de acuerdo o nos puede horrorizar, pero persigue una finalidad. Es decir, si la finalidad en sí misma es la venganza contra alguien concreto o el ajusticiamiento de alguien hablaríamos de una ejecución no de terrorismo. Si la idea, en cambio, es la de amedrentar a sus iguales para influir en sus acciones, sí hablaríamos de terrorismo. Por llevarlo a lo concreto, el atentado contra Carrero Blanco no sería terrorismo (sería una ejecución) pero el secuestro de Ortega Lara si lo es (influir en los funcionarios de prisiones y de paso al resto de la sociedad).

Analizando el caso francés, considerándolo terrorismo, hay cosas que llaman poderosamente la atención.

  • Nadie ha reclamado la autoría del atentado: Es curioso puesto que el objeto de un atentado suele ser conseguir el altavoz para enviar un mensaje político determinado

  • El atentado ha ocurrido en Occidente, es decir, el sujeto a quien va dirigido dicha propaganda es occidente o los musulmanes residentes en occidente. Esto es importante a la hora de analizar la lógica de los terroristas.

  • De los muchos medios de comunicación que podría haber sido objetivo de los terroristas se ha elegido un diario satírico. No agencias de corresponsales de guerra. No diarios de opinión política. No diarios afines ideológicamente a la guerra contra países musulmanes. No a articulistas xenófobos (que los hay) que escriben contra las minorías raciales francesas. No a agencias globales que públicamente se han posicionado a favor de la guerra de Irak, Afganistán, Libia o Siria. No a corresponsales de medios de comunicación Israelíes… ha sido contra unos dibujantes cuyo pecado ha sido, supuestamente, dibujar a Mahoma.

  • Según una superviviente, uno de los terroristas le dijo que no le asesinaba porque respetaban a las mujeres, pero que debía convertirse al Islam y llevar velo. Sinceramente, esto no me parece relevante, pero si muy extraño. Baste recordar ataques de ISIS para darse cuenta de que no concuerda demasiado.




El escepticismo sano, nos lleva también a analizar la situación política francesa. Un país en plena recesión económica, cuya invasión Libia le ocasionó serios problemas sociales tanto con inmigrantes como con la izquierda sociológica. En un momento de gran conflictividad laboral y con el sindicalismo en pie de guerra. Con graves problemas de integración migrante, derivado de su pasado colonial, que ha alcanzado la cota de problema social estructural. También, y muy importante, con grandes intereses económicos y geoestratégicos en Oriente Medio, concretamente en Siria, antigua colonia.

De hecho los grupos, hoy considerados terroristas, que hoy han confluido en el estado islámico de ISIS provienen en parte de grupos entrenados y armados por Francia para desestabilizar oriente medio (Libia, Siria, Líbano). Práctica común de países como Inglaterra o EE.UU. (talibanes).

Así, del mismo modo que ocurrió en Libia, Francia tiene grandes intereses en los depósitos de hidrocarburos y minerales preciosos ubicados en la región siria. Causa fundamental del surgimiento, promoción y extensión de las primaveras árabes. También causa fundamental de que la guerra siria se haya dilatado incomprensiblemente en el tiempo y de la ambigua posición de Turquía al respecto (sin sanciones internacionales).

A quien beneficia entonces este atentado

Por mucho que nos duela y nos den arcadas solo al planteárnoslo, todo atentado persigue un objetivo y por tanto un beneficio.



Por un lado, en caso de que los autores del asalto sea el ISIS, sus objetivos solo puede ser tres: enviar un mensaje amenazante al pueblo francés y europeo, debilitar al propio estado francés y a la UE o enviar un mensaje a los musulmanes franceses y europeos.

Los dos primeros objetivos parecen un contrasentido por dos circunstancias fundamentales: No ha habido reivindicación del atentado ni mensaje difundido, la capacidad de debilitar a un estado mediante un atentado puntual es mínima, mas bien al contrario. Es más, se puede concluir que lo único claro tras el atentado es que la sociedad francesa puede ver con buenos ojos una intervención abierta en el conflicto sirio, cosa poco probable anteriormente. En cuanto al tercero, tampoco parece plausible. ¿Por qué iban a ver con buenos ojos los musulmanes un ataque a la revista satírica? ¿Por unas simples caricaturas? Son musulmanes, no imbéciles. Los mayores problemas de los musulmanes hoy son el acoso de la extrema derecha, la bolsa de exclusión social y paro (que podrían achacar a los partidos de Sarkozy y Hollande) o el racismo del discurso de Le Pen y compañía. Con estas cuestiones tan obvias, si la idea es conseguir adeptos a la causa islámica ¿no sería mas lógico atacar un medio afín a la extrema derecha o al propio Frente Nacional?



Sin embargo, tal y como se han desarrollado los acontecimientos, ¿a quien le benefician las consecuencias de este atentado?

Para empezar el sentimiento nacionalista y de comunión en Francia ha aumentado y aumentará poderosamente (recordemos el momento de crispación y confrontación social que vive el país). Al mismo tiempo la sociedad francesa puede que sienta necesidad de venganza y apoye una intervención militar en oriente medio. Por otro lado, si el gobierno de Hollande encabeza una cruzada contra “el yihadismo” facilitando políticas represivas y reforzando los controles policiales a inmigrantes puede que contente a un sector social hoy en manos de el Frente Nacional.

Otro de los beneficiados tras este incidente es la política interior de la OTAN. Llevan años presionando a la Unión Europea para que incluya medidas de control de viajeros y “antiterroristas”. Medidas a las que Europa se ha resistido por “constituir un atentado contra las libertades individuales y democráticas”. Un debate casualmente reabierto esta semana en el traspaso de presidencia de la UE a Letonia. También se beneficia la OTAN (con EE.UU. a la cabeza) si un país miembro de la UE encabeza un enfrentamiento armado abierto en Siria. Esto dejaría todo Oriente Medio en manos occidentales (salvo Irán) abriendo la posibilidad a la explotación absoluta de sus amplios recursos en hidrocarburos.


Conclusión

Sería muy osado decir que la OTAN es la responsable de los atentados de París, pero no es menos irresponsable atribuírselo al “yihadismo” islámico de ISIS. Lo que no debemos hacer es caer en demagogias absurdas como la de reducir la causa islámica a fanatismo irreflexivos y deshumanizados, como si no subyaciesen causas políticas y geoestratégicas en estos incidentes. Sea como fuere, los atentados de París (como los de Nueva York, Madrid, Londres o Boston) son incidentes extremadamente extraños como para no someterlos a un juicio crítico pausado. El terrorismo siempre es una estrategia y, toda estrategia tiene una finalidad. Perseguir una finalidad contraria a tus propios intereses podría ser causa de un error puntual, pero no de una dinámica continua.

No se nos debe olvidar que las prácticas terroristas ya han sido utilizadas por países “democráticos” para desestabilizar democracias latinoamericanas, asiáticas y africanas o para evitarse oposición dentro de sus propias fronteras (operación Gladio, Batallón Vascongado… etc.). Al fin y al cabo en un mundo globalizado como el nuestro, donde el show mediático ejerce un mejor control de la sociedad que miles de soldados por las calles, el terror también sirve como herramienta de poder.