miércoles, 11 de mayo de 2011

Huono kahvi (De mal café)

                Después de comer viene el momento café. He de decir que en Finlandia no es tan común como en nuestro país lo de tomar un café después de comer. Lo toman pero no la inmensa mayoría como nosotros. Para ellos es más normal irse fuera del comedor cogerse en la cafetería un café para llevar y sentarse en cualquier lado ya sea solo o en compañía. Aun que de eso ya hablaré más adelante. El café (que a eso iba) es… como decirlo… horrible no sería adecuado. Digamos que no se lo bebería ni un naufrago medio deshidratado si aún conserva el juicio. No entiendo exactamente porque es tan tremendamente horrible. Al fin y al cabo el café es café en todos sitios. Con comprar el mismo, de la misma procedencia y calidad, debería bastar… pues no. Le pedí a mi madre que me enviara un par de paquetes desde Bilbao porque no había dios que se bebiese eso y lo mismo me dio. Se nota algo la diferencia pero más bien poca.

                No sé si es por el agua o porque pero no hay forma de hacerse un café decente. Como creía que era el agua, probé a hacerlo con agua mineral y, aunque tampoco tiene sentido para mi, seguía sabiendo extraño. Y lo más extraño, lo que casi hace que llame a Iker Jiménez es que si le echas azúcar… ¡empeora! Creo que es el primer producto que conozco (si quitamos el sirope, la leche condensada, la mermelada y la miel) que si le echas azúcar lo conviertes en un sabor a sumidero de letrina. De verdad que pensareis que soy un exagerado que no será para tanto… todo español o italiano que se ha bebido ese brebaje oscuro piensa lo mismo… salvo algún desaprensivo esporádico que siempre hay, con tal de llevar la contraria ya se sabe. Solo os daré un dato de totalmente cierto. ¿Sabéis que es lo primero hice en Milán cuando esperaba la escala de mi vuelo a Bilbao? Tomarme un café de verdad. Creo que pocas cosas (junto con el queso idiazábal que me envió mi madre, y un botellón de Kalimotxo que hicimos en Riga) me han hecho sentir tanto como en casa.

                Pero lo del café no termina ahí. En Finlandia como en cualquier otro país del mundo tiene sus costumbres sus tradiciones… vamos sus cosejas. Una de ellas es que el café no se puede quedar frío. Sí es así de raro. Para ellos que el café se quede frío es algo así como derrochar el dinero, incluso tienen un refrán: “el café frio trae mal otoño”. ¿Por qué el otoño os preguntareis? Pues seguíroslo preguntando porque no lo sé. Lo que si me han dicho es que esa costumbre viene de que antiguamente en invierno la leña había que racionalizarla con lo que el café se hacía mientras el fuego de la cocina estuviese encendido. Una vez que las brasas se apagaran no iban a encenderlas sólo porque a alguien le apeteciese un cafelito. Así que tienen la costumbre, que es muy irritante por cierto, de que en cuanto ven que alguien se le vacía la taza lo más mínimo o le da un simple sorbito te rellenan el vaso hasta arriba.

                ¡Y no les digas que no! Que no se lo toman muy bien. Se ve que cuando alguien en el trabajo agarra la cafetera se siente con el poder de exigir que se beba todo y prácticamente solo puedes decir que no cuando te has bebido en torno a dos o tres vasos. Que yo me pregunto (y me sigo preguntando porque lo fineses otra cosa no pero los suecos se lo saben hacer muy bien) ¿Por qué no hacen menos café? Pues no, no saben hacer poco café. Y mira que es fácil que lo pone bien claro en el depósito del agua de la cafetera 2, 4, 6, 8, 10, 12 y 14 tazas, si solo somos cinco… ¿Por qué coño llenan hasta catorce? Porque son suomis los tienen cuadraos y además les parece genial que acabes hipercafeinado todas las mañanas. Así que cuando sales a hacer prácticas trabajas al doble de tu velocidad (que para ellos es como doce o quince veces la suya) y los masajes acaban pareciendo el vibropower manual.

                Lo mismo les da que les digas que te has tomado tres cafés dobles bien cargados para desayunar o que les digas que vas de anfeta hasta las cejas y más taquicardias no puedes soportar, bebes café y punto. En el momento que les digas que te gusta café estas perdido. Además es de lo primero que te preguntan al llegar a un trabajo nuevo. Según ellos los fineses son silenciosos y grandes bebedores de café por el día y alcohol por la tarde-noche. Y no les falta razón la verdad. Sobre todo porque allí el café lo suelen tomar sin leche en tazas enormes y como mucho con un poquito de azúcar, no demasiado. Al menos por mi experiencia el único que lo tomaba con leche era yo y siempre acababan pidiendo a cocina que trajeran solo por mí, cosa que aunque en la mayoría no ponían pegas, en algunos sitios no les hacía mucha gracia con lo que siempre me llevaba mi brick. 



Pero claro, ellos te llenan la taza estilo madre, solo quiero dos cazos, de acuerdo aquí tienes cuatro. En el fondo es cuestión de hospitalidad pero es que tú les dices que no quieres más y desde que lo dices hasta que dejan de echar… tela.  Con lo que lo que empieza siendo casi un cortado acaba siendo un café más negro que una noche sin luna con los ojos vendados. Da igual lo que hagas, te levantas a la nevera a por más leche y pegas un sorbo grande para hacerle sitio y te dicen:” uy con tanta leche se te habrá quedado ya frío, toma más café”. Luego con el tiempo y la confianza ya les cuentas tus costumbres, gustos, pareceres e intentas explicarles que tú con una taza y media a lo sumo ya tienes para tirar media mañana. Y puestos en el tema les hablas del café del tiempo o mejor del café con muchos hielos, típico en tu país y que deberían probar (momento pelota a más no poder, casi suplicando que te dejen en paz de cafés) pero se te olvida una cosa: estás en Escandinavia. Conseguir que un finés cambie de opinión o entienda otra forma de vivir en algo que es inherente a sí mismo es IMPOSIBLE.

                Y si esto solo pasara al principio de la mañana aun. Pero toman café cada dos por tres. Les encanta. Se pasan el día buscando escusas para hacerse un café (ya os contare su forma de trabajar) Con lo que al final, entre unas cosas y otras durante mi periodo de prácticas aprendí a no desayunar en casa, a resignarme a beber café prácticamente ardiendo… porque se me enfriaba sino y a… apreciar el café no es la palabra correcta y soportar tampoco pero algo intermedio. De vez en cuando vamos a una cafetería en el centro que por tres euros y medio te hacen un café expreso al que le ponen un tanque de leche y es lo más parecido al café nuestro de toda la vida. Pero entre el precio y que el centro está lejos lo solemos dejar para ratos de morriña o tiempos muertos y esporádicos. Siento mucho pero esta vez sí que no creo que podría haber sido peor, porque si hay peor café de verdad que no quiero probarlo.




2 comentarios:

  1. ¿Podrías decirme cuales son las marcas de café más populares de Finlandia?

    Jhoan_1516@hotmail.com

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  2. Hola!!

    Pues no sabría decirte cual es la marca café más popular. Yo recuerdo el que compraba yo que se llamaba Presidentti, que era bastante barato, y uno que salia Santa Claus como imagen que era el Joulu Kavhi. De todas formas la marca Paska (literalmente significa mierda) es bastante conocida por lo curioso de su nombre.

    Sin tener datos reales seguramente la mas conocida sea Paulig. En realidad mas que la marca de café lo que es popular es el personaje-icono, la "Paula Girl" algo asi como Mr Propper, Popeye o Naranjito en España.

    Espero que te sirva. Un saludo

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